por Jonathan Quantip

14 ene 2008

Playa Paraíso

En el extremo oriental del Estado Vargas, antes de llegar a La Sabana, se encuentra este escondido destino, favorito entre los practicantes del 4x4 en el país y muy en boga últimamente, sobre todo entre los rustiqueros de la ciudad capital. You Tube hizo famoso el lugar gracias a las desafortunadas peripecias que realizan los pilotos inexpertos en el off road, pero expertos en el consumo de bebidas alcohólicas que han terminado cayendo al río, o a punto de hacerlo, enterrados hasta el chasis en la laguna o dándose un baño de agua salada dentro de su vehículo.

La noche anterior una llovizna constante avizoraba buenas condiciones en la ruta, la cual por lo general posee bastante humedad, un nivel de dificultad medio-bajo para divertirse sin arriesgar demasiado.





Efectivamente, al llegar a la trilla el recorrido era bastante pantanoso, mucha agua acumulada en pozos que parecían ser mas difíciles de lo que realmente eran. En pocos minutos termina la selva y aparece la playa, no sin antes tener que sortear el ultimo obstáculo. La única entrada a Playa Paraíso, la pendiente.

Al momento de llegar la pendiente estaba bastante mojada, el barro hacia que frenar fuese prácticamente imposible. Debido a ello, los vehículos que intentaban aplicar los frenos resbalaban descontrolados varios metros hacia la arena. Todo el grupo bajo la pendiente sin ningún tipo de problemas.


Ya en la playa, es curioso que la atención de los presentes no se la llevan las chicas con trajes de baños sugerentes y cuerpos esculpidos, ni las oleadas de surfistas que hacen maromas en las playas del litoral, ni siquiera esta permitido relajarse viendo la linea que dibuja el mar en el horizonte. La atención se centra todo el tiempo en la subida. Desde la mañana y hasta tempranas horas de la tarde el espectáculo lo dan decenas de rústicos que descienden a Playa Paraíso. Casi se coreaban expresiones de asombro cuando alguno de los vehículos despegaba una rueda del piso. Al final de la tarde el plato fuerte del día, el retorno con la ineludible tarea de realizar la subida. Para los amantes del 4x4 es muy difícil aburrirse en esta playa.

Nos llamó poderosamente la atención la forma desmesurada de la que se esta haciendo uso de la velocidad en la conducción sobre este tipo de terrenos accidentados. Un gran porcentaje de vehículos volaban literalmente sobre el obstáculo, levantando mas de dos ruedas a la vez, en una trilla bastante precaria. Muchos lograron superar la subida sin percances, pero otros no corrieron con tanta suerte, y en ocasiones volaron también los fragmentos de los cuplones y crucetas. Una utilizacion del poder del vehículo desmesurada e innecesaria que por inmadurez o inexperiencia podría acabar hasta con la vida de los ocupantes del mismo. Quizás tratando de imitar comportamientos aprendidos en programas de competencias 4x4 del país, en los que no se muestran las averías que surgen luego de esas acrobacias, ni los accidentes aparatosos que producen los excesos al volante. En un país donde la mayor causa de muertes en jóvenes de 15 a 25 años son los accidentes de tránsito es delicado no orientar a los jóvenes conductores acerca de los riesgos a los que están expuestos a la hora de estar al mando de un vehículo de estas características.

Cuando por fin decidimos irnos, lo hicimos por supuesto, a nuestra manera. Sorteamos el obstáculo tan lento como fue posible y tan rápido como fue necesario. Ni más ni menos. Y todos llegamos arriba sin ningún tipo de problemas, sin ningún tipo de avería y sin sustos innecesarios.



El regreso se hizo lento debido a la cantidad de vehículos que estaban transitando la trilla. En el camino nos topamos con una F150 atascada hasta el chasis en una fosa de barro. Estuvimos alrededor de una hora intentando rescatar la camioneta infructuosamente. Retomamos nuestro camino ya en plena obscuridad para retornar a nuestros hogares, contentos por haber realizado esta ruta que conjuga de buena forma el fango, los motores y un excelente día de playa

La nota discordante, la costumbre cada vez mas común de atar la bolsa de los desperdicios a la bola de tiro o al parachoques, que casi siempre da como resultado una alfombra de botellas, papeles y bolsas plásticas desperdigadas por la ruta. Que bueno sería que todos los practicantes del off road generaran una mayor responsabilidad con el medio ambiente y se disminuyera el impacto de este turismo de aventura en los ecosistemas.

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